lunes, 30 de mayo de 2016

News, my darlings

Buenos días. Buenas tardes. Buenas noches. ¿Pueden creer que pasaron casi 2 años de mi anterior entrada? La vida es como un yo-yo, mis niñas. Siempre termino regresando aquí y, si bien espero que ninguna de ustedes siga en este mundo o siga con esos sentimientos auto destructivos, decir que no quiero saber de ustedes sería auto engañarme.

¿Qué pasó en estos dos años? Picos y depresiones, o sigo con lo del yo-yo, subimos y bajamos. Haré como cuando era pequeña, siempre empezaba por lo malo para que, después, lo dulce me quitara la amargura y el sin sabor (si quieren pueden saltarse lo malo, o saltarse toda la entrada).

A fin del año pasado, terminé la carrera, en realidad me falta hacer la tesis, pero yo ya me considero recibida. Fue poner el cierre a una etapa de mi vida. Fue cumplir con mis objetivos y ver el resultado de años de esfuerzo (o no tanto esfuerzo, debo reconocer que nunca fui la más estudiosa). Si bien al principio me encontré como sin objetivos, no me duró mucho tiempo y encontré nuevos objetivos.

Desde enero hasta marzo pasé por... 4 trabajos, creo. Pueden haber sido más. Claramente, ninguno de ellos era para mí. Dos de telemarketer, uno de vendedora y el otro para recaudar donaciones. Amo a Greenpeace, no me malinterpreten, pero el sueño de mi vida no es pasarme 6 horas parada en la calle intentando convencer a gente antipática que me pase los datos de su tarjeta de crédito. Hace un mes y medio encontré mi lugar, mi trabajo, el que me hace feliz, al que voy todos los días con una sonrisa en el rostro.

¿Recuerdan que patinaba? Bueno, sigo haciéndolo. Me cambié de club, la relación que tenía con mi antigua entrenadora era muy tóxica y ni siquiera me estimulaba a mejorar y superarme a mí misma. Ahora entreno con una profesora apenas 3 años mayor que yo, gritona, que nos reta cada 10 minutos, que me corrige todo... pero que también sabe felicitarme cada vez que hago algo bien, cada vez que me caigo (después de gritarme por haberme caído y no haberlo hecho bien) se me acerca con una sonrisa y me ayuda a levantarme y, lo más importante de todo, cree en mí. En menos de 15 días, compito. También está el proyecto de ir al Nacional este año, pero hay que ver si me dan los tiempos con el trabajo. Igual, se dé o no, que me lo propusiera y que me dijera que quería llevarme, vale todo.

Buenas noticias creo que son todas. Ahora, una noticia que no sé dónde ubicar... para ir caldeando el ambiente y no pasar de lo bueno a lo malo en unas palabras :P

Estoy yendo con un psicólogo. Es un hijo de puta pero por eso me cae bien. Bueno, lo de hijo de puta creo que es demasiado. Por ponerlo de una forma, me dice todas sus verdades (que no suelen ser pocas) sin miedo a hacerme daño. Normalmente los psicos me miraban con miedo, como si fuera a romperme o a largarme a llorar y morir de deshidratación o algo por el estilo. Él me ve como alguien fuerte. Empecé a ir con él en abril, todavía no le conté casi nada pero se da cuenta solo, aunque todavía me las deje pasar. 

Ahora, malas noticias, prometo no escribir huevadas emotivas porque no tengo ganas de deprimirme yo ni de deprimir a nadie más. Si van a leer, pueden hacerlo tranquilas. Les recomiendo palomitas de maíz, a las que coman, porque se puede llegar a armar un culebrón aquí :P

Empezaría por decir que subí de peso, pero eso mejor dejarlo de lado. Es revertible (y sí, pienso revertirlo, si no no estaría aquí). Así que, cuestión peso, comida, cortes, vómitos, laxantes y demás asquerosidades quedarán para más adelante.

Cuando escribí la última entrada aquí había comenzado a salir con un hombre. Él 32 años, yo 20. Él un pasado duro pero un presente estable, dentro de todo, y bien (según él). Vamos que era lo que él quería. Yo... bueno, mi cabeza no estaba muy bien en ese momento. Él me aceptó incluso con mi caos mental. Me aceptó cuando llegaba a su casa en la noche con el estómago lleno de cortes, cuando me desmayaba en su casa o paseando con él por no comer. ¿Para qué hacer la historia larga? Me deprimí al punto de no querer ver a nadie por 6 meses. Yo le decía de vernos en algún lugar, él me decía de ir a su casa. Yo no quería ir a su casa, él no quería que nos viéramos en otro lugar. Tenía motivos para estar deprimida (el próximo punto será eso). 

En fin. "Cortamos". Seguíamos hablando todos los días, seguíamos diciéndonos cursilerías. Me enteré que me engañó. Durante 10 meses, tenía sexo con otra. Adiós la poca autoconfianza y seguridad que me quedaba. Cortamos de verdad. A los 15 días, acordamos juntarnos para hablar y poner un cierre como dos personas maduras. Me dijo que quería volver. Le dije que no podía. Me dijo que era una inmadura, que no quería verme ni saber de mí nunca más en su vida. Hablando de madurez... ¿Estoy bien? Fue hace a principios de este año. Pasó tiempo ya pero hay muchas espinas que todavía me joden. 

Punto 2, motivo de mi depresión. Fallecieron mis dos abuelos. El 12 de abril mi abuela. Estaba en estado vegetativo (algo que los médicos nunca nos dijeron y me enteré cuando pedí la historia médica). Nos decían que tenía el cerebro inflamado. Que mejoraría aunque no volvería a ser la misma y seguro que perdía muchas facultadas. Eso es sembrar esperanza en vano. El 12 de abril, fui al hospital a visitarla. Los médicos nunca me avisaron que había fallecido. Me la encontré así en la cama. Fue la última imagen de ella que tengo... por suerte, tengo buenos recuerdos, pero ese no me lo quitará nadie tampoco.

El 19 de julio, mi abuelo. Él tenía Alzheimer pero, físicamente, estaba bien. Tuvo un paro cardíaco y falleció mientras dormía. La enfermera que lo estaba cuidando en su casa me llamó y me avisó. Fui y le di un beso, el último beso que le daría. Al menos sé que no sufrió y sé que él quería irse. Si bien no podía expresarlo en palabras, había días que recorría la casa buscando a la señora que vivía con él. Después de 55 años de casados, la soledad fue demasiado para él, supongo. (Esto no es una huevada emotiva pero estoy llorando, sorry por no cumplir con lo prometido).

¿Saben qué? Me voy a comer chocolate. Será mi despedida. Mañana comenzaré dieta/ayuno. Tal vez eso me haga sentir mejor. Empezaré a visitarlas en cuanto pueda, el trabajo no me deja demasiado tiempo, pero no me olvido de ustedes. Las amo, porque sé que ustedes entienden, porque me apoyaron en mis momentos más bajos e intentaron abrirme los ojos cuando yo no quería mirar. Nunca les agradecí por eso. Gracias, a cada una de ustedes, preciosas, por intentarlo y por estar siempre a mi lado.